Descripción enviada por el equipo del proyecto. La síntesis proyectual para el edificio de viviendas ATH60 surge de la conformación de un volumen al que se le cala un patio de aire y luz para permitir una conformación funcional de viviendas que serán alojadas al frente y al contra frente del bloque.El conjunto de espacios públicos y privados se disponen a lo largo de los 10 niveles que componen la obra. El terreno se trata de un lote de simple frente entre medianeras, en el barrio de Chacarita, Buenos Aires, Argentina.El conjunto se aloja en medio de una heterogeneidad formal y material, producto de los distintos períodos y estilos constructivos que conviven en el barrio.

El volumen se organiza con el fin de contener un total de veinticuatro unidades —de uno, dos y tres ambientes—, distribuidas entre el primero y el noveno piso. La combinación de distintas tipologías de vivienda; que incluye la localización de dos dúplex en el frente, es parte de la búsqueda de la individualidad de cada vivienda dentro del conjunto, la idea de casa propia en un contexto de habitar colectivo.

A nivel urbanístico se plantea un edificio neutro y puro, representando una pausa en medio del movimiento físico y temporal característicos del barrio.
El proyecto busca una cualidad contextual en relación directa a su inserción en la trama. La doble altura simulada mediante la integración visual de la Planta Baja y el Primer Piso; y el retiro que se genera en la entrada del edificio brindan la impronta necesaria propia de una acceso principal. Al mismo tiempo este espacio funciona como un foyer entre el interior del conjunto y la vereda.

Propio de un habitar contemporáneo, las unidades del conjunto se definen mediante una imagen sintética y de características depuradas. Todas cuentan con el valor agregado de un balcón de generosas dimensiones y parrilla. Las extensiones hacia el espacio urbano – los balcones – están concebidos para generar un fuelle intermedio con un estrecho vínculo al espacio doméstico. La fachada se constituye como un filtro de la ruidosa calle y calibra las relaciones  visuales permitiendo cierto grado de tamiz sin cerrarse al entorno urbano.

Funcionalmente el edificio se organiza en una planta baja que contiene el acceso peatonal y vehicular y siete cocheras. Del primer al noveno piso se ubican las viviendas, mientras que en la décima y anteúltima planta se aloja la terraza común que cuenta con pileta, solárium y parrilla. El edificio se completa con un subsuelo donde se alojan las demás cocheras, bauleras y salas técnicas que se complementan con el resto de los espacios de servicio del décimo y undécimo piso.

El transeúnte es incorporado como un elemento más de la composición al ser integrado desde la calle mediante visuales directas a la parte trasera del sitio, creando una relación continúa entre el espacio público y el privado. Los parasoles que conviven en la imagen frontal de la construcción, reconstruyen también la línea frontal del edificio a la altura de la entrada vehicular. Estos elementos que se repiten a lo largo de los pisos superiores van generando una estrecha relación con el exterior mediante un límite difuso.

La alternancia de balcones que componen la fachada principal, permite dotar de cierto equilibrio asimétrico al conjunto donde predomina la ausencia de lo innecesario. Un juego de volúmenes salientes que recortan la línea municipal se ve interrumpido en algunos pisos por una viga de Hormigón Armado que formalmente se presenta como una cinta pasante que evidencia la presencia de los dúplex en la imagen de la obra.

Herrerías negras, hormigón armado y vidrio son los ingredientes que componen un lenguaje pragmático que evidencia su carácter atemporal, y que, permite establecer la existencia de un presente antecedido por un pasado.

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